¡1º de mayo: más allá del desfile, hacia la organización política permanente de la clase trabajadora!
Por Nexo Revolucionario Media
Este primero de mayo, como cada año, las calles en decenas de países serán tomadas por trabajadores y trabajadoras. Desfiles, manifestaciones y actos conmemorativos recordarán los históricos levantamientos obreros de los mártires de Chicago. La jornada representa un momento clave para reafirmar nuestra identidad como clase productora de toda la riqueza social. Pero no basta con conmemorar: el primero de mayo debe ser punto de partida, no punto final.
En muchos casos, las jornadas de movilización se concentran solo en los días previos al primero de mayo. Luego, esa unidad obrera construida temporalmente se disuelve, como si fuera una ceremonia anual sin continuidad. Esta fragilidad no es casual: es resultado de la visión reformista y burguesa impuesta dentro del movimiento obrero, que reduce nuestra lucha a la exaltación simbólica y neutralizada por el sistema.
Porque sí, es importante afirmar nuestra cultura proletaria, sentir el orgullo de ser clase trabajadora, tomar las calles. Pero la democracia burguesa tolera eso: no le molesta el desfile, siempre y cuando al otro día volvamos sumisos a los centros de explotación. El capital nos permite celebrar el trabajo... siempre que sigamos el orden del trabajo asalariado.
La clase obrera no puede limitarse a reafirmarse una vez al año. En un contexto de guerras, desalojos, precariedad, innacesibilidad a servicios de salud de calidad, saqueo de pensiones y represión fascista, es urgente convertir esa efímera unidad en organización política permanente. El primero de mayo no puede seguir siendo una postal inofensiva. Debemos transformarlo en plataforma para la constitución de Comités Permanentes de Trabajadores y Trabajadoras.
Estos comités deben estar al margen y en oposición de los partidos de la burguesía. En Puerto Rico, eso significa no solo rechazar al PPD y al PNP, sino también a los frentes alternativos como la Alianza electoral del PIP y MVC, que hoy intentan reagruparse bajo una nueva fachada progresista. Pero su objetivo es claro: utilizar a la clase trabajadora como masa de votantes para legitimarse ante el Estado capitalista.
En Estados Unidos el escenario es aún más brutal: el bipartidismo imperialista del Partido Demócrata y Republicano continúa siendo sostenido por figuras como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, que, bajo apariencia de izquierda, desvían la fuerza obrera hacia el mismo circo electoral de siempre. La clase trabajadora no necesita administradores del capital con rostro amable. Necesita poder político propio.
Eso implica no solo participar en elecciones como táctica subordinada a un programa revolucionario, sino organizarse independientemente del régimen electoral burgués, desde los centros de trabajo, barrios obreros y espacios de lucha. La verdadera alternativa no es un nuevo frente electoral, sino la construcción de un poder obrero desde los propios centros de trabajo.
Por eso, este primero de mayo sí se desfila, sí se toma la calle, pero no para irnos a casa al terminar esperanzados en que vendrá un salvador/a. Se desfila para constituir comités de trabajadores y trabajadoras como organismos políticos permanentes, con programa y dirección propia con muchos líderes obreros/as, que unifiquen nuestras luchas para siemore. El primero de mayo se celebra y se organiza.