¿Luego del 1ro de mayo? Creación de Comités de Trabajadores/as


Por Bianca Morales

Pasadas las jornadas del Primero de Mayo con su desfile, resalta una preocupación urgente: ¿cuándo vamos a dar el paso hacia la creación de organismos políticos propios de la clase trabajadora, independientes de los partidos de la burguesía?

En nuestro medio de prensa recopilamos notas históricas que anclan la realidad en una verdad material irrefutable: los ricos no son trabajadores/as. Nuestra descendencia social es la de quienes producen las riquezas del mundo. Por tanto, sus intereses políticos son opuestos a los nuestros. Las estructuras políticas burguesas, ya desgastadas, no tienen nada que ofrecer a la clase trabajadora, salvo desvíos y falsas esperanzas bien administradas por sus partidos.

Por eso, preocupa cada vez más la forma en que las Organizaciones Sin Fines de Lucro (ONG) están dirigiendo las manifestaciones del 1ro de mayo. En Estados Unidos, particularmente, estas ONGs han ocupado los espacios de lucha del movimiento obrero y sectores de izquierda. La marcha en Chicago, por ejemplo, fue evidencia clara de este fenómeno: la mayoría de los trabajadores/as inmigrantes presentes fueron movilizados por organizaciones financiadas y organizadas como ONGs. Aunque la actividad estuvo concurrida de trabajadores/as, organizaciones revolucionarias, fuera de la presencia organizada de sindicatos como el de maestros y enfermeras, la participación obrera a nivel masivo fue limitada según la cantidad de trabajadores que compone el estado de Illinois y la ciudad de Chicago.

Entre las ONGs presentes estaban: Illinois Coalition for Immigrant and Refugee Rights, Casa of DuPage County, Chicago Workers Collaborative, El Pueblo Manda, Invisible Chicago Alliance, y 33rd Ward Working Families. De estas, al menos dos reciben fondos públicos directamente. Entre 2024 y 2025, Illinois Coalition for Immigrant and Refugee recibió más de 63 millones de dólares del estado de Illinois.

Estas organizaciones realizan labores importantes, como atender a la población inmigrante. Pero ese trabajo sirve también para que el Partido Demócrata —que domina Chicago e Illinois— oculte su responsabilidad en las políticas antiinmigrantes que lo identifican tanto como al Partido Republicano.

En Puerto Rico, la convocatoria sigue en manos de gremios obreros/as como la Coalición Sindical y organizaciones de izquierda, algunas registradas como ONGs. No reciben fondos directos del Estado. Sin embargo, la preocupación no es solo financiera: es política. El problema no es solo si reciben fondos, sino cuán subordinadas están a la lógica de canalizar la lucha obrera hacia funciones asistenciales que el Estado ha abandonado, convirtiéndolas en herramientas del proceso de privatización y legitimación del capitalismo.

En Chicago, el desfile fue dirigido por el propio alcalde, quien proclamó la consigna repetida por las ONGs: “Power to the People”. Hoy, el Partido Demócrata intenta reciclar ese lenguaje combativo para ganar simpatía frente al autoritarismo y fascismo de Trump y su grupo MAGA. Mientras tanto, fortalece un modelo en el que la filantropía burguesa sustituye derechos con limosnas y votos con control social.

¿Y qué hay de los trabajadores inmigrantes? ¿Qué han hecho los demócratas por ellos que no sea explotarlos como mano de obra barata, sin derechos plenos, sin ciudadanía y sin protección legal? Miles han trabajado durante años sin papeles en EE.UU. La burocracia burguesa los mantiene como mano de obra desechable, sin acceso a la ciudadanía. El Partido Demócrata, incluso con mayoría política, no impulsó reformas duraderas que hicieran más difícil a la actual administración las deportaciones y recortes.

La clase trabajadora inmigrante no busca migajas ni discursos vacíos. Exige derechos plenos, ciudadanía inmediata y reconocimiento político. El desfile, los carteles y las ONGs no bastan. Las conquistas no llegarán desde arriba, sino desde una organización política propia como clase trabajadora.

El Primero de Mayo sigue siendo un punto de partida para elevar la conciencia política de clase. Pero esa conciencia queda estancada si se limita a desfiles anuales sin una estructura política obrera distinta a la burguesa. Es hora de organizar comités de trabajadores/as y de barrios, organismos verdaderamente independientes, con capacidad para construir poder desde los centros de trabajo y las comunidades, sin confiar en la lógica electoral ni en el paternalismo burgués. El Primero de Mayo no puede convertirse en evento folclórico, ni en válvula de escape de rabia sin proyecto. Es la oportunidad para construir un camino político que rompa con el bipartidismo, con la caridad burguesa y con la desmovilización planificada. La clase trabajadora tiene el derecho —y la responsabilidad— de construir su propia democracia.

¡Creación de Comités de Trabajadores/as y de Barrios ya!

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¡1º de mayo: más allá del desfile, hacia la organización política permanente de la clase trabajadora!