Comités en pie de lucha: hacia una gobernanza obrera en Puerto Rico
Serie de escritos de Comités de Trabajadores/as y de Barrios - Segunda Parte
Por Isabelino Montes
La centralización inmediata de los órganos políticos de la clase trabajadora en Puerto Rico puede lograrse a través de los Comités de Trabajadores y de Barrios, utilizando las legislaturas municipales como vehículo de acción. Sin embargo, este poder no puede aspirar a funcionar bajo las reglas actuales. Desde los centros de trabajo y las comunidades debe emanar el poder y la consolidación de decisiones que impacten directamente en las legislaturas.
La clave radica en impulsar, desde las legislaturas municipales, lo que se acuerde en las comunidades y los centros de trabajo de cada municipio. Los comités de trabajo deben colocar delegados en las asambleas municipales, participando en los comicios legislativos locales para promover programas políticos que respondan a las necesidades de la clase trabajadora.
Esta estrategia puede convertirse en una combinación verdaderamente democrática que articule las necesidades de las comunidades y de los centros de trabajo. Actualmente, una de las necesidades más urgentes es la falta de planificación económica, lo que puede abordarse mediante:
Reclutamiento de trabajadores en empleos dignos que fortalezcan sectores productivos y mejoren las condiciones económicas.
Impulsar salarios justos para los trabajadores de cada pueblo ya sea en el sector público y privado
Adquisición de terrenos agrícolas administrados por los mismos comités de trabajadores, para fomentar la producción local.
Acceso a viviendas a bajo costo, con incentivos específicos para la clase trabajadora.
Seguridad ambiental y alimentaria, entre otras iniciativas vinculadas al bienestar colectivo.
Legislaturas municipales: una estructura existente con potencial transformador
En Puerto Rico, las legislaturas municipales están reguladas por la Ley 107-2020, que define su número de legisladores según la población:
Municipios con menos de 50,000 habitantes tienen 6 legisladores.
Municipios entre 50,001 y 150,000 habitantes tienen 8 legisladores.
Municipios con más de 150,000 habitantes tienen 10 legisladores.
La presidencia de estas legislaturas es elegida por mayoría entre los legisladores, quienes son seleccionados mediante voto directo en elecciones generales cada cuatro años.
Estas legislaturas, aunque actualmente dominadas por el bipartidismo y los intereses capitalistas, pueden ser transformadas en verdaderos órganos políticos de la clase obrera. Sus funciones principales incluyen:
Aprobar leyes locales (ordenanzas) y resoluciones para atender asuntos municipales, como reglamentar el uso de terrenos o autorizar proyectos de infraestructura.
Fiscalizar y supervisar las acciones del alcalde y la administración municipal.
Modificar impuestos municipales para beneficiar a la clase trabajadora.
Sin embargo, mientras estas estructuras estén controladas por corporaciones privadas y representantes del PNP y PPD, no cumplirán su función de manera democrática.
El poder político como herramienta de lucha de clase
Los Comités de Trabajadores y de Barrios deben utilizar estas legislaturas para aprobar presupuestos municipales que respondan exclusivamente a las necesidades de la clase trabajadora y sus capas más marginadas, garantizando la creación de empleos dignos y el uso adecuado de los fondos públicos.
Además, los comités tienen el poder de ejercer presión política sobre los alcaldes, muchos de los cuales provienen de la clase trabajadora pero están insertados en los partidos políticos de la burguesía. Si estos funcionarios no sirven a los intereses del pueblo, deben ser destituidos inmediatamente.
De igual forma, los comités pueden:
Nombrar líderes obreros/as a posiciones clave en los municipios, siempre que cumplan con los méritos y la visión y acción política acordada en los comités de los centros de trabajo y en las comunidades.
Solicitar auditorías e investigar irregularidades.
Impulsar leyes democráticas, como la revocabilidad de funcionarios en cualquier momento y la regulación de los salarios de los legisladores para que no excedan el promedio salarial de un trabajador común.
Resistencia y transformación hacia una gobernanza obrera
Inicialmente, los comités serán modelos de resistencia local, pero con el tiempo deben aspirar a consolidarse a nivel regional y, eventualmente, nacional. Este proceso dependerá del desarrollo estructurado de la democracia en los comités mediante el trabajo político constante y permanente para poder trasladar a las legislaturas municipales ese poder, donde la clase trabajadora en mayoría pueda encontrar participación activa, presentar propuestas y formar parte de audiencias públicas. El verdadero poder sale desde los centros de trabajo y las comunidades para trasladarse y ejercer presión en las actuales legislaturas municipales.
Aunque estas legislaturas tienen autonomía para manejar asuntos locales, están sujetas a las leyes del gobierno central, la Constitución del Estado Libre Asociado y la Junta de Control Fiscal, que constantemente recorta el presupuesto municipal. Este contexto limita la acción de las legislaturas municipales, pero no su potencial transformador.
A medida que los comités se expandan y maduren dentro de las esferas del poder político burgués, estas estructuras pueden ser desplazadas hacia un modelo controlado por la clase trabajadora, consolidando eventualmente Asambleas Nacionales de Comités de Trabajadores y de Barrios y desplazando las Legislaturas Municipales actuales que ya son obsoletas dominadas por el bipartidismo y no por la clase trabajadora organizada políticamente.
Preguntas urgentes para la reflexión y la acción
1. ¿Qué otros aspectos democráticos pueden transformar los comités en la política actual?
2. ¿Por qué la clase trabajadora debe buscar nuevas formas de gobernarse?
En las próximas entregas de esta serie, exploraremos las diferencias contractuales entre los Comités de Trabajadores y los sindicatos, profundizando en su rol estratégico para construir una gobernanza democrática y obrera en Puerto Rico.